En la cocina…Conocemos la pasta
La cocina Mediterránea apuesta por una pasta de harina integral. Se intentan evitar todos los alimentos ricos en hidratos de carbono refinados.
La importancia de dejar la pasta al dente tiene una explicación sencilla: Es beneficioso para el organismo la asimilación lenta de los hidratos de carbono para evitar picos del índice glucémico. Dejando la pasta al dente los hidratos de carbono complejos, ya no se transforman en simples, y ya no se asimilan tan rápido provocando esa subida de la glucosa en sangre.

La pasta fresca es una buena opción para deleitarnos con un plato a nuestro gusto.
Pasta fresca
- 450 g de harina
- 10 g de sal
- 4 u de huevo
- 0’025l – 25 g de aceite
En un bol ponemos los huevos y los batimos con la sal y el aceite.
En la mesa de trabajo ponemos 400 g de harina tamizada, hacemos un volcán y ponemos los huevos batidos.
Hacemos absorber rápido la harina partiendo del centro. Hacemos una bola.
Cubrimos con film o con un paño húmedo reservando al fresco 30 minutos.
Dividimos la masa en porciones de 70 g y con el rodillo le damos forma rectangular para pasar por los rodillos laminadores. Si no tenemos máquina, seguiremos con el rodillo y cortaremos con un cuchillo.
Con harina integral de trigo y harina de fuerza, a partes iguales, obtendremos una pasta integral bastante aceptable.
La pasta la podemos colorear, verde con espinacas, infusionando azafrán, amoratada con la remolacha, roja con tomate, negra con tinta… Así como darle distintos sabores, ajo, hierbas, setas, gambas…
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